Unos cuantos profesores de ELE convocamos el 30 de junio de 2018 a los colegas de profesión en España para reflexionar sobre nuestra situación, conocer experiencias positivas, alternativas y buenas prácticas en nuestro sector y sentar las bases de una futura asociación profesional. Antes de esta hubo iniciativas parecidas pero ninguna llegó a cuajar. En mayo de 2018 nos preguntábamos: ¿Lo conseguiremos esta vez?
El colectivo de profesores de español como lengua extranjera es heterogéneo. Desempeñamos nuestra labor en ámbitos educativos diversos, tanto en los países hispanohablantes- en inmersión-, como en el extranjero: enseñanza reglada, academias privadas, escuelas de idiomas, centros universitarios, servicios de apoyo lingüístico a migrantes, clases particulares, o becas y programas de cooperación e intercambio. La asociación Profesión ELE quiere recoger sus demandas y sus reivindicaciones y ser su voz en los foros oportunos para dignificar su labor.
El Informe de 2017 Español Lengua Viva del Instituto Cervantes estima que hay más de 21 millones de alumnos que estudian español como lengua extranjera en el mundo y el llamado turismo idiomático suele mencionarse como un recurso económico en expansión. Pero pese a las cifras y los titulares grandilocuentes que nos traen de vez en cuando los medios de comunicación, las condiciones laborales de la mayoría de los que nos dedicamos a la enseñanza del español como lengua extranjera no son muy buenas. La inestabilidad y la precariedad, la retribución incluso por debajo de un convenio insuficiente en sí mismo, la condición de falsos autónomos, los horarios extensivos que no permiten la conciliación son solo algunos de los problemas a los que tenemos que hacer frente.