Estimado encuentro profesión ELE:
Disculpe por la tardanza en contestar. El pasado 8 de abril se celebró la reunión de la Junta de Gobierno donde los presidentes de cada Asociación debaten los temas que afectan a la Federación y emiten la votación de todos sus socios. Le agradecemos su carta abierta.
Nos consta que todas las escuelas FEDELE se encuentran trabajando sin cesar para asegurar la continuidad de sus empresas y sus empleados e intentando salvar lo complejo e insostenible de un mercado sujeto a nulos ingresos internos y externos. Son momentos muy duros para todos los sectores y personas que conforman la actividad ELE.
En este "trance sin precedentes", las escuelas se han visto ante la forzosa obligación de tomar medidas de gran calado ateniéndose a los cambios continuos que han ido indicando los legisladores en un periodo de tiempo muy limitado. Tener que realizar ajustes de personal y de otros muchos recursos a lo largo de la cadena de valor de instalaciones cerradas sin clientes.
Nos consta que la mayor parte de las escuelas han llevado a cabo procesos correctos y sensibles con sus profesores, a los que consideran una parte fundamental de la empresa. Las Asociaciones que integran FEDELE velarán en todo momento para que las escuelas cumplan la legalidad en todos y cada uno de los casos. No obstante, si algún trabajador de las escuelas FEDELE considera que se están cometiendo irregularidades o vulneraciones sobre sus derechos puede interponer la correspondiente demanda.
Como le indicábamos nuestro buzón de correo info@fedele.org se encuentra abierto para todo el mundo y como Federación nos encantaría buscar soluciones a todos los factores que afectan al sector ELE.
Comprendemos como se siente los profesores y otros profesionales de nuestras escuelas. Estamos profundamente sensibilizados con todos ellos y con nuestras escuelas que en estos momentos se enfrentan a una situación de incertidumbre y cierres totales.
En estos momentos FEDELE apuesta por la unión de todo el sector ELE y en trabajar juntos para seguir con la enseñanza del español y su cultura.
Muchas gracias. Un cordial saludo.
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¿Qué decir de esta respuesta? Ninguno de los datos que nuestros socios y simpatizantes nos remitieron sobre las irregularidades y malas prácticas se matizan o desmienten; desde la Federación nos agradecen la carta pero no hay por su parte ninguna intención de interpelar a sus centros para pedirles rigor y ética en la aplicación de las drásticas medidas que, lamentablemente, afectan a los centros de enseñanza de ELE, como a muchos otros sectores económicos en nuestro país y en el resto del mundo. Nos dicen que los afectados pueden escribirles directamente, como si no fueran conscientes del temor del personal a perder sus puestos de trabajo, si es que no ha sucedido todavía.
Sin embargo, los centros miembros de FEDELE sí se han organizado y unido en una plataforma para reclamar flexibilidad en los ERTES (¿más?) y exoneración de impuestos y su presidenta, María del Carmen Timor, firma un comunicado (bautizado como “Carta abierta”) en el que, de nuevo, el profesorado sale de refilón. Se menciona que su esfuerzo en la adaptación a las clases on line ha servido para evitar cierres totales y para mantener algunas clases por los vínculos creados con los estudiantes. Y es que es el buen hacer de profesoras y profesores el motor de las academias.
En los últimos días se han publicado en la prensa nacional varios artículos muy similares, con idénticos titulares: en la Vanguardia, en El Diario.es, en El diario de León... En ellos los medios se hacen eco de la campaña de FEDELE para lamentarse y dar a conocer el impacto que la crisis del COVID-19 está teniendo en las empresas del sector y que se reproduce en este “paquete de prensa”, disponible en su web. Triste inversión.
Desde la Asociación asistimos preocupados a este desarrollo de los acontecimientos en el que se reproduce el mensaje de la patronal sin ningún tipo de perspectiva crítica y en cuya visión, nuevamente, los docentes, que trabajan y sostienen esas empresas con su trabajo, esfuerzo y formación, no figuran, ni se aprovecha la ocasión para visibilizar la particularmente difícil situación en la que ellos, los individuos concretos, se encuentran tras décadas de trabajo precarizado y salarios mínimos. Si alguien está interesado en conocer esta perspectiva no tiene más que ponerse en contacto con nosotros.
Creemos firmemente que los grandes perjudicados de este “colapso del turismo idiomático” son los trabajadores hiperprecarizados de las escuelas de español, víctimas, de nuevo, de un modelo de negocio que satura el mercado y abarata en exceso un producto a costa de su capital humano, y en el que se ha hecho visible su falta de previsión e inviabilidad desde el primer estadio de la crisis.
El profesorado de idiomas sufre unas políticas laborales abusivas y precarias que convierten a profesionales de la enseñanza en monitores, animadores socioculturales y guías turísticos. Muestra de ello es que la enseñanza de español, como la de otros idiomas, se integra en el convenio de enseñanza no reglada, que engloba a profesiones tan dispares como monitores de campamento, de comedor, instructores deportivos o formadores de academias de belleza entre otros. Se entenderá nuestro enfado al leer las palabras de la presidenta de FEDELE que insisten en que la excelencia educativa es lo primordial y que ahora ponen en valor a los “filólogos expertos en cultura”.
Afirma igualmente la señora Timor que "desde hace dos (?) años utilizamos la modalidad online de forma complementaria, pero estas semanas hemos observado que por sí sola no funciona”. Es lógico que el modelo centrado en el concepto de turismo idiomático, en el que prevalecen las actividades extra sobre las clases, ante las actuales circunstancias, se tambalee. Sol, playa y español. En este ideario no importa ni la calidad educativa ni la especialización de su profesorado. Si jamás se ha puesto en valor la calidad educativa, estas escuelas no podrán competir con centros donde prime el rigor metodológico o la excelencia educativa y que tal vez consigan hacerse un hueco en la enseñanza online, ahora que el panorama internacional lo exige.
Coincidimos con FEDELE en la preocupación por el futuro inmediato y presentimos las duras consecuencias en el sector, incluso superada la fase de confinamiento, que acarrean las restricciones de movimiento y las cancelaciones, por ejemplo, de los cursos de verano, "temporada alta" en el sector. Y estamos de acuerdo con la idea de que la clase on line no sustituye a la experiencia de la clase presencial.
La última iniciativa de FEDELE es lo que ellos denominan Dosier de soporte en tiempos de crisis, parece que dirigido al profesorado y que, al menos en su primera entrega, es una mera lista de enlaces a instituciones (museos, centros culturales) y a páginas de editoriales u otros organismos conocidos por todos (Biblioteca Virtual del Instituto Cervantes, Todoele.net, Profe de ELE...) que ofrecen material didáctico o formación. La iniciativa tiene buenas intenciones pero llega, como poco, un mes tarde.
¿Qué tal si repensamos juntos el valor y el sentido del turismo idiomático, y apostamos por priorizar la enseñanza de la lengua- de calidad, llevada a cabo por expertos-, por encima de la vivencia lúdico-festiva o la explotación inmobiliaria? ¿Qué tal si FEDELE reconoce el esfuerzo del profesorado- que sigue formándose de su propio bolsillo y en su tiempo libre, usando sus propios medios y materiales-, lo cuida y vela por protegerlo de los abusos y lo valora con unas condiciones laborales decentes?
¿Y qué tal, profesoras y profesores de ELE, si estrechamos lazos también nosotros, si seguimos alzando la voz ante las irregularidades y abusos que suframos, si aprovechamos para conocer bien nuestros derechos como profesionales? Que esta crisis no sea una vez más un pretexto para el deterioro de nuestras condiciones laborales ni para dejar de exigir un convenio más digno, cuando la actividad en nuestro sector- como en todos- se retome. Contad con nosotros.